"Coge la pistola, apunta a su pecho y aprieta el maldito gatillo de una vez, niñata."
Aquellas palabras la marcaron de por vida. Desde el primer "bang" hasta el último había humedecido su dedo corazón izquierdo en la sangre de la víctima (o culpable) y escrito una V en su cuerpo, como símbolo de respeto.
Caminaba con los tacones bien puestos; la cabeza alta, la sonrisa apagada; el arma escondida en su cuerpo. Ese cuerpo creado en contra de todos los cánones de la sociedad.
Una mente compleja, ensangrentada, ansiosa de sangre. Unas manos frágiles pero firmes. Unos ojos oscuros. Unos labios gruesos.
Una mentalidad que se remarcaba más con cada asesinato. Con cada marca de sangre que dejaban sus tacones. Una personalidad que se acentúa con cada corazón que pone a mil. Con cada esternón que amenaza bajo su arma de fuego. Una vieja Colt. O con cada vena aorta que presiona bajo el filo de un cuchillo.
Violet es el nuevo rompecabezas de Douglas.
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