jueves, 10 de octubre de 2013

Capítulo 10.

Apoyada sobre el hombro derecho, dando pequeñas caladas al cigarro con la mano izquierda, esperaba, paciente como siempre; mirando fijamente el pomo de la puerta. Esperaba ese ligero movimiento que desencadenase el caos que había estado planificando todo el fin de semana.

Sabía que Douglas saldría de casa a las 8:30. Como todos los lunes, hoy no le corría prisa. Contaban con el a las 9:00 en la comisaría.

Desvió por un segundo la mirada hacia el felpudo, recordando que tenía que hacer algo más a parte de convertirse en la sombra del detective. Sacó un sobre doblado del bolsillo de su parka y lo metió debajo del felpudo. Con la V roja hacia arriba. Aquella letra estaba escrita con sangre.

Sabía lo que eso desencadenaría en el detective. Investigaciones, pruebas, rastreos. Por eso, aquella letra, aquella V, aquella inicial; aquella chispa que sería el principio de un gran incendio, estaba escrita con una sangre especial. Una sangre que haría que Douglas removiese cielo y tierra para encontrar las venas surtidoras.

En el momento exacto, la puerta se abrió. No se dio cuenta de que bajo sus pies había un sobre hasta que, al introducir la llave en la cerradura bajó la mirada y lo vio allí. Se agachó a recogerlo mientras Violet disfrutaba viendo como en sus ojos se encendían miles de sentimientos a la vez.

Iba a ser un día largo para ella. Tendría que ser la sombra de un detective muy, pero que muy cabreado y emocionado.

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